Carlos me contactó a través de Edgar y Miriam, era uno de los invitados de su boda y quería que lo acompañara en un momento muy especial para el y Laia, su pareja.
Iba a pedirle matrimonio por sorpresa y quería tener ese momento fotografiado para recordarlo mejor. El lugar elegido fue una de las zonas privadas de la Cova den Xoroi, en Calan Porter, con unas vistas increíbles al mar y una puesta de sol para recordar.
Yo me hice pasar por unas fotógrafas de la Cova, y cuando ellos llegaron a su reservado, Carlos la hizo posar de espaldar con la excusa de hacerle una foto. Unos segundos más tarde ella se giró para ver si ya estaba, y se encontró a Carlos arrodillado, con un anillo en la mano, su cara fue pasando de la felicidad máxima a lágrimas de alegría, otra vez a las lágrimas, y a la alegría… Os dejo el resumen de este momentazo.
Ser parte de momentos como este hacen que me guste todavía más mi trabajo. No sólo fotografiar el instante, si no también ser compinche, elegir el lugar y la hora ideal para la pedida, los nervios esperando que llegue la pareja, la media sonrisa escondida con el novio al reconocernos, la emoción de saber lo que está a punto de pasar, y, sobretodo, la reacción al ver a tu pareja pidiendo tu mano.