Kate quería un recuerdo diferente de sus vacaciones en Menorca. Quería inmortalizar esos días al otro lado del mundo – venían desde Canadá – con el peque de la familia y Monte, su marido.
No les importaba el lugar de la sesión, solamente querían pasar un buen rato y tener un buen recuerdo, por eso les propuse hacer las fotos en el casco antiguo de Ciutadella, lleno de callejones y paredes de colores. A pesar de que las playas son lo más conocido de la isla, disfruto mucho con este tipo de sesiones, los pueblos dan mucho juego a la hora de componer, ya que hay muchos rincones diferentes y muchas cosas que hacer, hacen que la sesión sea más amena para los peques, además de ser más fácil evitar el calor.
Aprovechamos la sesión para ir haciendo una pequeña ruta, para que así conocieran mi versión del pueblo; callejeamos, fuimos al mercado, a mi querida pared amarilla, les recomendé lugares para comer y pasamos por su airbnb para que Isaiah comiera algo antes de terminar en el puerto para las últimas fotos.