Desde el momento de conocernos el año anterior para su sesión preboda, Amanda y Sergio me hablaron de su hijo peludo, Pumba. Se notaba que adoptarlo es una de las mejores cosas que les había pasado. Teniendo a dos peludas adoptadas yo misma, entiendo ese sentimiento a la perfección. Es por eso que me alegré tanto cuando me contactaron para decirme que se lo iban a traer de vacaciones a Menorca y que querían una sesión playera con el más cañero de la familia.
Quedamos a finales de verano en Santo Tomás, para ir andando hasta Binigaus, una de las playas más dog-friendly de Menorca. Llegamos justo cuando ya no había nadie en la playa, por lo que pudieron disfrutar saltando y corriendo sin preocuparnos por no molestar.
Terminamos después de la puesta de sol, un poco más despeinados de tanto correr con Pumba, mojados y llenos de arena, pero sobretodo, contentos de haberlo visto disfrutar tanto durante la sesión.